La analítica es una rama
emergente en el tratamiento de grandes volúmenes de datos, la recogida y posterior interpretación de la información en múltiples
campos como el empresarial, comercial, político, medios de comunicación
etc. determina, en gran medida, como se realiza la toma de decisiones. Esto no
es nada nuevo, el análisis de datos ayuda sin lugar a dudas a planificar
estrategias, asignar recursos y mejorar la eficiencia y competitividad.
Por todo esto un gran número de organismos
y empresas invierten grandes cantidades de dinero en tecnologías y técnicas que
ayuden a tratar todos esos datos.
En el campo específico
de la educación, el análisis de la información con el fin de mejorar el aprendizaje
se conoce como Analíticas de Aprendizaje (Learning Analytics) y aunque aún no
ha tenido el impacto esperado, está evolucionando rápidamente. Hay un gran
número de educadores, investigadores y compañías relacionadas con la educación
que se están dando cuenta de su gran potencial.
Siguiendo la definición de SOLAR (Society for Learning Analytics
Research) Las analíticas de aprendizaje consisten en la medición,
recopilación, análisis y presentación de datos sobre los alumnos y su contexto,
con el fin de entender y optimizar el aprendizaje y los entornos en los que
este se produce.
Según el informe Horizon
2012 las analíticas de aprendizaje se refieren a la interpretación de una
gran cantidad de datos producidos por los estudiantes para evaluar el progreso
académico, predecir el rendimiento futuro, y detectar posibles problemas. Esta
información se obtiene en diferentes actividades explícitas, como completar las
tareas y realización de exámenes y otras acciones tácitas, como las
interacciones sociales online, actividades extracurriculares, foros de
discusión y otras actividades que no suelen ser vistos como parte del trabajo
de un estudiante.
Metodología
Las analíticas de aprendizaje es una de las más novedosas
herramientas a nuestra disposición para mejorar el aprendizaje.
Se pueden analizar los datos
recogidos dentro de plataformas de gestión del aprendizaje (LMS)
como Moodle o Blackboard y también datos mas "informales" recogidos en actividades extracurriculares, interacciones sociales online, foros, wikis, redes sociales,
etc.
Podemos capturar datos cada vez que los alumnos inician sesión, podemos
medir el tiempo dedicado a cada recurso, la interacción con otros alumnos, etc.
La parte realmente trascendental del análisis empieza una
vez el análisis ha concluido. Tras la extracción de los datos, estos deben ser
analizados.
La última fase será la
presentación de resultados e informes que nos permitan sacar conclusiones
útiles sobre el aprendizaje de los alumnos y a partir de esa información diseñar
diversas estrategias, incorporar dinámicas de aprendizaje, adaptar y
personalizar los contenidos para potenciar las posibilidades de cada alumno así
como identificar alumnos “en riesgo”.
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